COMUNICACIÓN
Todas las personas muestran limitaciones para la utilización y comprensión de los elementos de la comunicación no verbal, como el uso de gestos, la mirada o las expresiones emocionales, dificultades para mantener conversaciones y alteraciones en el uso social de la comunicación.
RELACIONES SOCIALES
Las personas con TEA presentan alteraciones en el desarrollo de conductas adecuadas para relacionarse con los demás, poner en práctica habilidades básicas para la relación con las personas y comprender las conductas y emociones en los demás, por lo que muestran limitaciones de empatía y de reciprocidad socio-emocional, así como un limitado interés para compartir con los demás sus intereses.
IMAGINACIÓN
Las personas con TEA muestran una alteración significativa en el desarrollo de la imaginación y la simbolización, lo que supone una dificultad para el desarrollo del juego simbólico y la actividad imaginativa. Son personal literales.
CONDUCTA
Estas limitaciones implican la aparición de conductas repetitivas, movimientos estereotipados del cuerpo, resistencia a los cambios en lo que les rodea, así como interés y preocupación intenso por temas específicos. Además, muchos casos pueden presentar una sensibilidad inusual ante estímulos sensoriales (auditivos, visuales, táctiles…).
A pesar de que estas alteraciones siempre estarán presentes, es posible mejorarlas empleando los apoyos adecuados, siempre adaptados a las necesidades de la persona.
El TEA es conjunto de alteraciones de origen neurobiológico que afectan al desarrollo de la persona y que van a estar presentes a lo largo de su vida, produciendo unos cambios cualitativos y cuantitativos en su proceso cognitivo, modificando su manera de estar y de relacionarse con su entorno.
Nos referimos al TEA como un espectro porque las personas con autismoagrupanciertas manifestaciones clínicas que, aunque comparten un núcleo común, muestran una gran variabilidad de conductas.
Las personas con TEA comparten dificultades en las mismas, pero su manifestación es muy heterogénea, en gran medida estará condicionado por las capacidades de cada persona.
Identificar el TEA como un amplio espectro y no como una única categoría, contribuye a entender que cada persona con autismo es única, por ello, la intervención con una persona con TEA debe ser completamente personalizada e individualizada.
El TEA acompaña a la persona a lo largo de su ciclo vital y sus necesidades y manifestaciones varían en función de la etapa evolutiva y los aprendizajes adquiridos.
Las personas con TEA requieren programas integrales que favorezcan al máximo su desarrollo y autonomía personal, así como apoyos especializados y ajustados a las necesidades de la persona en cada momento y con base científica.
El TEA no impacto solo en la persona, sino que lo hace en su núcleo familiar, por lo que la intervención debe contemplar también actuaciones de apoyo y acompañamiento familiar.
El autismo es una discapacidad invisible puesto que no lleva asociado ningún rasgo físico.